Por supuesto, los cubiks no temen las heladas. Pueden permanecer bajo la lluvia, el hielo o la nieve, y luego, cuando se descongelan y se lavan, vuelven a su estado anterior. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a temperaturas inferiores a -15°C, se vuelven algo frágiles, como otros tipos de muebles de plástico. Durante esos periodos, conviene protegerlos de objetos pesados y afilados para evitar que se astillen o se agrieten.